Multas de hasta $138 millones ocasionaría construir sin licencia en Colombia


Así lo explica Margarita Montilla, directora de la oficina de ejecuciones fiscales de la Secretaría de Hacienda de Bogota, quien además asegura que luego de construir sin licencia, los propietarios omiten e ignoran las multas. "Ni siquiera se enteran de que son sucesivas, y se aplican cada dos meses".

Al aproximarse los cinco años para que los procesos prescriban, no pueden esperar más a que el propietario resuelva su situación y deben pasarla a cobro jurídico, en la Secretaría de Hacienda.

"El 80 por ciento de las infracciones al régimen urbano y de las contravenciones urbanas corresponden a construcciones y demoliciones que se hacen sin licencia. El resto son quejas de funcionamiento del comercio y del Código de Policía", dice.



Actualmente, hay unos 3.000 propietarios que deben solucionar su situación antes de que la cuenta siga creciendo. "El objetivo de la norma no es recaudar recursos sino controlar la construcción desmesurada. La gran mayoría de las personas cometen la falta por simple ignorancia de las normas", asegura Montilla.

El otro agravante es que 90 por ciento de las construcciones sin licencia se hacen en los estratos 2 y 3, donde las familias de bajos recursos arriesgan su patrimonio por obviar un trámite simple que se hace ante las curadurías urbanas. Las multas oscilan entre 154.000 pesos por metro cuadrado y 138 millones.

La mayoría de la gente opta por ampliar la casa sobre los antejardines, creyendo que este suelo es de su propiedad exclusiva, cuando en realidad es espacio público. Esta infracción genera una multa de 8 millones de pesos.

"La defensa se basa en el argumento errado de que como es su casa pueden hacer lo que quieran, que nadie se dará cuenta y que como sus vecinos lo han hecho, ellos también pueden", explica.

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A esto hay que agregarle que cualquier vecino afectado por la ampliación o modificación o no puede interponer la denuncia y la alcaldía no tiene otra opción que actuar e imponer las multas.

Cerca de 19 localidades de Bogotá reportan 120 infracciones nuevas al mes, a excepción de Sumapaz que es de mayoría rural.
Por ejemplo, en Suba es común que las familias levanten otra habitación, un baño o un estudio. Incluso, los arrendatarios también empiezan las obras sin pedir consentimiento al dueño.


En Los Mártires, por la edad de los edificios y su mal estado, lo común es que los propietarios ordenen demoliciones sin permiso. En Puente Aranda, los males se concentran en la construcción sobre los antejardines y en el espacio público, mientras que en Chapinero los negocios se abren al público sin verificar si el uso del suelo les permite actividades comerciales o nocturnas. 

"Aquí la gran diferencia es que el comerciante soluciona la falla pidiendo los permisos y adecuando bajo la norma, y paga la multa porque tiene la capacidad económica para hacerlo", señala Montilla.

La ejecutiva afirma que su preocupación está en los estratos bajos. "En estos, la gente sin ninguna mala fe, ignora la ley y resulta con unas multas que difícilmente puede pagar". Montilla, además, hace un llamado a la ciudadanía para que solicite las licencias antes de empezar la obra y para que saneen sus multas.

"El gran lío es que el propietario solo le hacen frente al problema al recibir la citación jurídica, cuando no hay nada qué hacer y ha perdido la oportunidad que le da la ley para defenderse en la alcaldía. Entonces, solo resta pagar o rematar el bien para saldar la deuda", concluye Montilla. 



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Además, recuerda que el año pasado la Secretaría de Hacienda resolvió jurídicamente 1.000 procesos de este tipo que representaron un recaudo de 1.200 millones de pesos en multas que van a los fondos de desarrollo locales.


Una habitación que costó 400 millones de pesos
La nueva habitación que José Díaz* construyó le salió por 400 millones de pesos.

Todo empezó cuando decidió ampliar la casa sin pedir la licencia, lo que obligó a la alcaldía menor a multarlo con 8 millones de pesos.

Al ver el monto de lo que debía pagar, José optó por no ponerle techo a la habitación con el agravante de que tampoco la demolió ni pidió los permisos del caso. 

"La cuestión es que el proceso no queda parado, por el contrario, es revisado por las alcaldías que suman las multas sucesivas", agrega Montilla.

Así, después de más de 4 años, a los 8 millones de la sanción inicial se le agregaron 8 cada dos meses, más los intereses de mora de forma sucesiva hasta que se convirtieron en 400 millones. Vale anotar que el valor comercial de la casa no supera los 40 millones.

*Nombre cambiado
Fuente: portafolio

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